Autores del 27
Luis de Cernuda
Luis Cernuda (1902-1963), poeta y ensayista español, uno de los más destacados de la generación del 27, nació en Sevilla, hijo de un padre militar, comandante de ingenieros, que lo educó de forma autoritaria en un ambiente de rígidos e intransigentes principios. Pasó una infancia feliz, protegido por sus dos hermanas mayores.
Cernuda fue un chico callado y solitario. En su adolescencia descubrió su condición de homosexual, lo que le hizo sentirse más marginado de la sociedad.
Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, donde conoció al poeta, narrador, dramaturgo, ensayista y crítico literario Pedro Salinas (1891-1951), que fue su profesor.
En 1928, tras la muerte de su madre, se trasladó por breve tiempo a Málaga y de allí pasó a Madrid, donde entró en contacto con los ambientes literarios de lo que luego se llamará generación del 27.
Durante la Guerra Civil (1936-1939) participó en el II Congreso de Intelectuales Antifascistas de Valencia.
En 1947 se marchó a Estados Unidos, donde trabajó como profesor en Mount Holyoke y donde permaneció hasta 1952, año en que decidió marcharse a México, donde murió en 1963.
Cernuda fue un exponente de la Generación del 27 y se convirtió en el poeta predilecto de la juventud española.
Caracteristicas de sus obras
Su obra se basa en el contraste entre su anhelo de realización personal (el deseo) y los límites impuestos por el mundo que le rodea (la realidad). Es una poesía de raíz romántica. Los temas más habituales son la soledad, el deseo de un mundo habitable y, sobre todo, el amor.
Posee Cernuda un estilo muy personal, alejado de las modas. En sus inicios toca la poesía pura, el clasicismo y el Surrealismo, pero a partir de 1932 inicia un estilo personal, cada vez más sencillo, basado en un triple rechazo:
- De los ritmos muy marcados .
- De la rima.
- Del lenguaje brillante y lleno de imágenes: desea acercarse al "lenguaje hablado, y el tono coloquial".
Sus obras
- Perfil del aire
- Égloga, elegía y oda
- Un río, un amor
- Los placeres prohibido
Un rio, un amor
Como el viento a lo largo de la noche,
Amor en pena o cuerpo solitario,
Toca en vano a los vidrios,
Sollozando abandona las esquinas;
O como a veces marcha en la tormenta,
Gritando locamente,
Con angustia de insomnio,
Mientras gira la lluvia delicada;
Sí, como el viento al que un alba le revela
Su tristeza errabunda por la tierra,
Su tristeza sin llanto,
Su fuga sin objeto;
Como él mismo extranjero,
Como el viento huyo lejos,
Y sin embargo vine como luz.
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